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Sutiles Abstracciones

Uno de los rasgos más sobresalientes en la obra reciente de Flor Pandal es la gestualidad expresiva que emana de sus cuadros. Las formas abstractas poseen una vitalidad que impactan visualmente al mismo tiempo que encanan una deliciosa textura. Las capas superpuestas en diversas tonalidades le otorgan frescura y dinamismo a los lienzos blancos. Las líneas se entretejen, las formas se yuxtaponen y dan como resultado una brillantez evidente y una profundidad que invita a adentrarse en los cuadros.

Otro de los aspectos que enriquecen la presente muestra es que, al carecer las obras de un título específico, se explayan frente al espectador com piezas abiertas a la libe interpretación: la racionalidad pasa a u segundo plano, cediéndole el lugar a una experiencia casi visceral frente a los lienzos. Los colores se entremezclan sin perder la pureza de sus tonos, las ambiguas formas se entrelazan sin opacarse unas a otras y, en ocasiones, un filamento dorado enaltece el fino detalle de las composiciones. 

Óleos, acrílicos y tintas dibujan diagramas que, si bien no nos incitan a un diálogo de índole conceptual en primeras instancias, el discurso no se ve obnibulado por la mera percepción. Es decir, aun cuando no existe una narrativa obvia en los cuadros de Flor Pandal, tanto en las composiciones monolíticas como en los polípticos, prevalece un guión articulado que invita a observar los cuadros desde diferentes puntos de vista. La trama se desenvuelve de la misma manera que nuestra contemplación se regocija. Las pinturas y dibujos sobre papiro se empapan de meticulosos trazos, de coloridas manchas y de salpicones ejecutados de una manera sumamente libre, casi automática.

Siento que es un tanto injusto comparar la obra de Flor con la de otros artistas. Sin embargo, no se puede soslayar la certidumbre de que la artista conoce el trabajo de los estadounidenses Jackson Pollock y de Cy Twombly, entre otros artistas del Expresionismo abstracto y de la Color field Painting. Aun así, las piezas que ejecuta Flor Pandal poseen el mérito de ser mucho más delicadas y sutiles que los ejercicios de dripping de Pollock, o los tachones y graffiti de Twombly. Es decir, aun cuando la mexicana reconoce un espacio equivalente al de los maestros de la abstracción, su aproximación es más sutil y cautelosa, que no menos atrevida. Si los estadounidenses llevan a cabo un trabajo de excesivo dinamismo frente al lienzo, casi como una danza demoniaca frente a la tela en blanco, Flor se adentra en ella de una manera más meditativa, sin tanto ahínco ni agresividad, sin por ello hacer una obra menos fuerte. 

Flor Pandal lleva a cabo un trabajo en el que los planos están elocuentemente diseñados de forma espontánea y con un trazo libre, acomoda los tamices de color sin olvidar su carácter técnico, por un lado, y el reflexivo, por el otro. Las capas de color sobre la tela permiten entrever su pureza, además de consentir transparencias que le otorgan profundidad espacial a las piezas. creo que una de las mayores aportaciones de Flor Pandal es justamente que aborda a la pintura como un ejercicio libre, de estudio, de pensamiento y maestría de ejecución; la artista logra una excelente factura en el tratamiento de los planos sobre el lienzo, la consolidación de una combinación de formas y colores que en paralelo, logran imbuir al espectador en una contemplación visual que se expande más allá de los sentidos, envolviendo el cuerpo completo de quien observa las pinturas mientras las recorre desde distintas perspectivas. 

Luz Sepúlveda

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